Tras varios años apartado del balonmano base, he tenido la oportunidad en los últimos meses de saborear la esencia de la juventud, de las ganas por aprender, de la inocencia (a veces) de los 15 años y de la maravillosa compenetración habida entre mis compañeros de viaje, Erkuden y Fernando. Volver a enseñar, aplicar tus conocimientos, explayarte ante los jóvenes, pero sobre todo, observar sus caras cuando los tienes alrededor, escuchando tus explicaciones..., eso no tiene precio. A uno le hace sentirse importante y le sube la autoestima como nunca. Experiencia fantástica donde las haya.
Analizar el resultado del Campeonato se hace, cuando menos, tortuoso y cansino ¿para qué lo voy a exponer aquí, si me lo sé de memoria?, además, creo que a nadie le interesa. Pero si es de rigor hacer un análisis de la convivencia, la cual ha sido, a todas luces, ejemplo a seguir en lo sucesivo y sin necesidad de implantar normas arcaicas ni duras. Cuando se sabe tratar a las personas, no es necesario tirar del palo para conseguir un orden y respeto mutuos.
El resultado final que a mi me sirve de verdad es el humano, el ver cómo estos chicos progresan adecuadamente en su vida personal, en sus principios, en sus relaciones..., mucho más importante que la efímera vida del deportista aunque alguno de ellos llegue a la llamada élite.
Me siento muy orgulloso de haber tenido la oportunidad de convivir con ellos, de haber sido, en cierta manera, "padre" de muchos de ellos, de darles consejos, de repartir cariño y buenas formas, de acercarme a ellos, a sus problemas, vivencias, alegrías, tristezas, lágrimas y júbilos, todo ello ha sido enriquecedor, muy importante para mí.
No puedo ni debo olvidarme de mis compañeros de viaje. Fernando, pupilo, amigo, compañero, consejero..., me has hecho ver muchas cosas y quizás deberías haber insistido más porque soy un cabezón, pero sólo tengo palabras de agradecimiento hacia tu persona. Hemos sido cómplices en muchos momentos, en Elizondo y en Murcia y eso significa un nexo de unión importante que espero y quiero mantener para siempre; seguro que volveremos a colaborar.
Erkuden ¡no sé cómo empezar! Mi "desconocida" favorita, mi musa ideal, quien casi sin conocernos, se embarca en la aventura de trabajar con un equipo de balonmano. Sorpresa mayúscula que vinieras, pero alegría tremenda de que lo hicieras por muchas cosas. Hemos compartido mucho más que el balonmano, LA AMISTAD, y ha sido un placer enorme tenerte a mi lado tanto en el banquillo como en nuestras "cenas profesionales". Tu trabajo ha sido simplemente excepcional, didáctico, con método, donde los chicos han aprendido algo fundamental para sus vidas deportivas, como es conocer un poco más su cuerpo, ese que, como tú muy bien dices, nos tiene que durar toda la vida. Me alegro mucho de haberte conocido, seguiremos en contacto, más visualmente que otra cosa, pero siempre estarás ahí, tendrás un hueco en los sillones preferentes de mi academia particular.
Y ahora toca una nueva remesa de jugadores que, espero sean cuando menos, como los que he dejado atrás. Seguiremos con humildad, con orgullo y con honestidad, enseñando a las generaciones futuras los valores no sólo ya del balonmano, sino de la vida misma, esa que nos da y que nos quita, pero este deporte, a mi personalmente, me ha dado mucho, demasiado: AMIGOS de todas las edades y condición, algo de lo que me siento muy orgulloso.
Gracias a todos por vuestra ayuda y por confiar en mí, a pesar de haber podido defraudar a alguien en algún momento. C'est la vie!
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